Alfil y ajedrez
Hoy no hemos tenido suerte, o sí. No tengo tu e-mail, ni tu móvil, sólo tu mirada clavada entre dos manos sanitarias. Vienes. Nos vemos en unas horas. Viene. Él también. Y ella. Nos conocemos, y compartirmos la bebida. ¿Por qué no? si me miras con esos ojos fijos del color del puto olivo.
Y vienes tú, con tu sonrisa grande y alta, bien alta. Con tu traje sin corbata. Hablando de la cuenta nueva. Animándome al saxofón francés. Mañana, otra vez. Apunta mi móvil. Que mañana quiero más.
Comentarios