El continuo progresivo
No nos damos cuenta, de lo que está pasando. Se nos va la mirada, y con ella la vida. Tú esperas al autobús enganchado, yo escribo. Tú conduces enganchado, yo miro. Tú no saboreas la tapa, no la miras, sientes ni asimilas. Tú lees todas las actualizaciones, sin pararte a pensar de qué van. Esto es Gran Vía, y la capital. A ti se te pasa el autobús porque lees, lees, lees, y jodidamente lees sin leer. Las prisas por llegar: si veinte minutos no son nada. Qué prisas ni qué prisas. El afán por ser más y uno igual. Los ojos retorcidos de apariencias, que no cesan de girar. Si no lo haces, no aprendes. Si no te enganchas, te desvaneces.
Toda una vida por encontrar una persona sin gancho.
Comentarios