Sube y baja
Tengo el pelo mojado. Ni siquiera he podido esperar, no me he secado el pelo. He ido directa a mi cuarto para ver si hay alguna señal tuya en el ordenador o el móvil… ¿qué cuál es la respuesta? la de siempre: no la hay. No hay ni señal, no hay señal ni respuesta. Genial. No encuentro sentido a esto, ¿alguien se ofrece para encontrarlo? No te he visto al salir, ni al entrar, ni al pasear, ni al mirar. No das señales suficientes que justifiquen esto. Lo entiendes dices…yo no. ¿Qué te los dé? si luego no los contestas. (Y no me acuerdo que ha pasado con la última vez que estuve susurrándote…). Rectifico con lo anterior, a veces los das, pero cuando sabes que no te puedo contestar: las cinco pasadas de un lunes, las seis y cuarto de un miércoles, cuando crees que estoy durmiendo (en realidad, te equivocas, ¿que por qué? porque pensaba en ti sin dormir). Dispongo de cinco minutos al día contados para hablar contigo, y siempre estás haciendo algo o dices estarlo…alegas que estás bien…¿sí? yo no lo estaría. Tengo sueño y no puedo descansar. Escribo más de cien palabras y busco una verdad, pero nada. No lo entiendo...no. Cumple con tu palabra, y déjame, sólo déjame conocerte, si tanto dices que es lo que quieres…que yo te dejaré conocerme. Continúas en tu preciosa burbuja sin darlas. Vida de una noria, vida arriba, vida abajo.
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