La alérgica
-¿Qué sabes de ella?
-Qué sé. Tiene alergia. Su segunda apellido le resulta raro, el primero no tanto, sé que vive sin padres pero con tres pilares, que cocina sus sencillos brocoli con el arte de unos ojos grandes, que su interés por la fotografía es único y que idealiza con la comunicación audiovisulal, el periodismo, o aún más con la publicidad. Se bebe lo ajeno dejando marcada una sonrisa de inocencia en el cristal del vaso, y luego te da una calada hasta dejarte sin humo. Se toma las pipas aún sin quererlas y rompe todos los ventiladores de la habitación calentándote más y más. Te mira atenta pero pensando setenta y tres cosas a la vez, te esccha y aconseja insegura por no saber ni lo que va a pasar después. Vive sin tiempo y te mira setenta y tres veces seguidas hasta desgarrar tu trenza mientras se come una de esas cerezas, también ajenas. Te enseña su mundo de entretiempos musicales y te habla, poco a poco, de sus 18???? años, hasta dejarte sin sentido y sin saber cómo actuar, si beber o besar. Se pierde contigo por los pasillos y te da un “sí” cogiéndote de la mano, hasta que llega el “no” soltándote de la cuerda por no conocerte todavía setenta y tres veces hasta que te conoce y se deja mirar, escuchar y entender, hasta que se deja besar. Te besa, juega contigo y se muere de nervios, te coge de la trenza y mantiene su piercing con la antena puesta, empieza a sentirse cómoda y a perder la vergüenza, y llega el momento en el que te trata aún mejor que antes, dejándote por enésima vez sin saber cómo actuar, besando o sin besar. Los contratiempos matinales no son nada, y el resto, el resto es inefable.
Comentarios