Chorizo
Lo primero que he hecho al abrir el sobre ha sido oler tus cartas (sí que huelen a ti, ¡sí!), lo segundo, pasar de una hoja a otra, de una sonrisa a ser emotiva, a llorar sobre ellas. Esto emociona, oiga. Llorar es bueno, oiga. Si no me importara esto, no estaría llorando, oiga...¿Lo tercero dices? secármelas con la servilleta del bocadillo de choricete made in Plaza de Armas (es que no voy a poner más melancolía a esto, que para eso ya tenemos las horas de viajes de separación, de vuelta a casa...así que, como te decía, ahora hablo de chorizos, que están muy buenos).
Hay chorizos de de Cantimpalos, de Pamplona, otros pertenecientes a Salamanca, así como a La Rioja, León, Potes (Cantabria), Asturias, y chistorras navarras.
Mi mano izquierda huele a ruffles. Mi derecha a tu gomina. Mi boca a chorizo. Y el aire, a futuros reencuentros. Y el aire a ti.
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