Hoy, veintiún sonrisas en mi calle
No me gusta el sistema de matriculación actual, nunca me ha gustado. Ver el antiguo, con su letra indicando la ciudad de procedencia de las cuatro ruedas y de su mercancía (una, o quién sabe si cuatro vidas a cuestas) me hacía y sigue haciendo sonreír, imaginándome su historia y animándome el paseo. Hoy, veintiún sonrisas en mi calle. Y es que a veces lo antiguo es mejor. Y es que a veces se empeora lo que se quiere mejorar. Pero hoy estamos aquí para hablar de matrículas, base de la historia. M, de Madrid; B, de Barcelona. Hoy, veintiún sonrisas en mi calle.
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