Nueve helados

Nueve. Nueve helados. Uno de vainilla&biscuits, chocolate blanco, turrón de Jijona, y vainilla con nueces de Macadamia, y en la otra bola, nata y avellanas, lima-limón, coca-cola, morcillita, y pistacho, que no falte el sabor a pistacho en la mesa de mi habitación rústica. Cáscaras para perderse hasta entrar por el bosque del hogar de refugio para ancianos Saint Pierre y ser vomitadas por la ventana de la casa de Odile cayendo por la presa de La Sèvre nantesa para pedalear y marchar hacia el este, siempre hacia el este, para besarte y comerte el almendruco, el curruco. Y del curruco pasar a acurricarse en tu farolillo izquierdo para llegar luego al derecho, siempre hacia el este. Yo quiero cucuruchos, Señor Heladero.