Frenando, Fernando
Yo, no sé cómo me siento. Creo que ha sido un poco de bajón, ¿sabes? que las clases matinales han estado bien (bueno, la de Nutrición y Diétetica poco salada, pero con Farmacología, te corres), y los planes que aparecen para estos días, pintan aún mejor. Pero claro, llegas y no sabes si meterte, leer la respuesta (si es que la hay, que a saber), y ver la última conexión, si mirar desde un lado o desde el otro, y si atreverte o no a dar entrada, o al contrario, esperar un poco más por miedo a que la mirada contenta hacia esos planes semanales cambien de tono...que el día se te tuerza vaya. Y lo hago, me meto, y hablamos de amigos, de planes futuros (de esos con los que uno tanto fantasea, y que, de entre ellos, luego se cumplen uno o ninguno), y de la indiferencia hacia mis intenciones y sus compases.
Y en efecto, me ha cambiado la mirada, pero me he atrevido, y sigues pudiendo hablar de mí. Y sí, estado actual: echando el freno. A la mierda mirar el casco, hablar siempre de la misma bicicleta, y contar chismes sobre el nuevo año en tu carrera futura. Frenando, pues.
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