Tercera canción
Quiero huir. Quiero huir y saber lo que es sentir. Sentir no del que pensamos, no del que hablamos, sentir lo diferente, sentirlo diferente. Escuchar la banda sonora y saber que ahí estoy, que aprendo a callarme cuando la situación lo requiere, a no callarme con el propósito de evitar problemas, no huir, no evitar mi argumento, tener el mío propio. Que hablamos de derechos y contradicciones, de contra-indicaciones y obligaciones. Y yo, que se acaba. Y el tiempo, que empieza. Ir y volver, venir y saborear, saber y sentir. Culturizarme y diferenciarme de ti. Ser igual pero distante, cercana pero diferente. Salir y sortear las señales, aprender a ser independiente con los consejos aprendidos por mí, con los enseñados por ti. Pero el tiempo está en mi contra, y ahora la paciencia es lo que prima. Primar. Sé primar, o lo intento, que la intención es lo que cuenta y cuenta lo que uno inventa. Sé hablar, o apuntar a la educación, coger la flecha y darte en el rojo. Partirte la manzana y olvidarme del dinero. Esperar a que yo sea la que lo poseo. Esperar a que yo sea la que me poseo. Buscar diferentes destinos, por mi propia cuenta, sin depender de ti, de él, ni de ella. No tener terceras personas, padres, dictadores, o manipuladores en ese aspecto. Tenerlos en otros. Y esto no es suerte, no lo es al cien por cien. Y sí, Laura, todo tiene sus cosas buenas, y sus malas. ¡Ap! en la cuenta, está el poder, en los años, está el saber. Con el tiempo, todo llegará, y si nos ponemos a pensar en la cantidad de mierdas que nos rodean, apaga y vámonos. Y si nos ponemos a tararear y divagar en el ínfimo número de personas por las que merece la pena atragantarse, si nos ponemos a hacer estadísticas, los resultados no darán más de sí. Haz encuestas, que deberías aplicarte. En el día que hoy comienza, mil respuestas buscarás, subirás a la montaña, la cima alcanzarás. Y es lo que hay, pero esa banda sonora está ahí. Sigue estando ahí, y estará ahí. Tercera canción. El mundo es una mierda, y yo, le sonrío, literalmente, que lo difícil está potente, oye. Y quiero aprender, estar contenta de llorar cuando lo necesito y reír sin necesitarlo, sin aguantármelo. Y hay mucho que aprender, y el proceso ha comenzado, que aquí no hay carreras que valgan, que mejor pasito a pasito, con cuidadito. 'Con pies de plomo', como decía mi pizarra blanca y el dibujo de aquel bicho dibujado por una tal Natalia (de tal, nada). Andando, con pies de plomo. Y ahora toca aguantar, ahora toca empezar a asimilar que a veces hay que primar, que a veces, es mejor callarse, no entrar en el juego, por mucho que hasta ese punto no se llegue tan fácilmente. Y dime tú a mí qué es lo fácil aquí. Uno, a uno, te recomiendan callarte. Te recomiendan callarse, agacharse. Y no lo hago, no lo hice, no me he dado cuenta de ello hasta que lo he hecho por mí misma, por mi cuenta, hasta que he sido yo la que he tomado la decisión. Qué bien saben los pañuelos compactos, y qué útiles son las ruedas girando. Y es hoy cuando la torre me lo ha dicho, un día de folga. Y es hoy cuando, aunque haya bruma en la cara, estoy contenta. Hay cosas buenas, y cosas malas. No es nada nuevo, no es nada singular. Es lo que hay, y a por lo que voy.
Cállate, ¡¡china!!
Comentarios
Contestando al comentario, sí, suelo escribirlo yo, si no, en las etiquetas pone "otros".
Nos vamos leyendo