Dónde

recital:
Lavapiés, Madrid
----------- 16 diciembre -----------

Seamos granitos

Tengo que salir por alguna parte. Tengo un cabreo encima impresionante, un cabreo en el que el interés ha surgido como base y luego la impotencia y la realidad han acabado como final para dar la mano al enfado y criticar la ignorancia de la gente. Hablar por hablar. Dejar de ser por hacer. Quitar la prioridad al qué ser, y hacer para ser y tener. Hacer por hacer. Hablar por enfrentar. Intolerar situaciones ajenas a opiniones negras. Gritar y saltar en su contra para defender y propagar la repugnancia del creer saber. Me subo al metro y huelo a canción boliviana para trasladarme al comedor y jugar con nuestra canción. Y sonrío. Y asisto al curso del cristo. Y habla un psicólogo gaditano con rizos inexistentes y un role-play de familias que se asemejan, en cierto modo, a la mía. Y trago saliva. Buscamos rutas de senderismo y nos sentamos, por adelantado, en la Silla del Rey Felipe II, El Escorial; intercambiamos sabores de caminos aún desconocidos, donde te imagino a ti conmigo, en el saco de Paco. Y empieza el debate. Y me freno, pero intervengo. Y me emociono y me muerdo la lengua por no oír barbaridades de gente, que aun con sólo una veintena de años, ya está consumida. Y lo decíamos al hablar de la empatía esta mañana, que de lo ideal a lo real hay un paso, y declaro que las infecciones nosocomiales se extienden más allá de los hospitales, para mal. Y declaro, que la sociedad somos nosotros, para bien. Y concluyo, que esto es tan tuyo, como mío.

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