A castañas, con pulgadas.

Eso es, eso es. Ha pasado el bus y te has subido. Tal vez él diga que no ha sido la mejor opción, pero yo te digo que sí. Las primeras acciones sin pensar impulsos son tus favoritas, y qué quieres, te ha sentado genial. Porque hoy ya no necesitas ni microondas para cocinarlas. La primera idea decía que no, y la segunda ha sido eso, la segunda. Escribir por escribir sin esperar a reacción de acción por canción de execución. Soltar y soltar, ¡oye!, ¡que se te van!: teclear por cantar, y dejar de pensar por actuar. Darle al ON de mayúsculas con o sin la misma canción. Ver lo no visto y darte una cara de tonta, que ni sabes lo que haces ni a lo que estás jugando.

Y yo, caminando. Girar el carrete y continuar donde dejamos la película el año pasado. Acordarnos de la noche en el estrado y los helados de los quinquis del barrio. Canillejas y sus hortalezas; tu pitillo enredado en mi ojillo, ¿y el cocinero? de pescadillo.

Y yo te digo que sí. Las primeras acciones sin pensar impulsos son tus favoritas, y qué quieres, te ha sentado genial. La primera idea decía que no, y la segunda ha sido eso, sólo la segunda. Enhorabuena, que huele, por fin a castañas con pulgadas.