Fantas, dirás
Como una ensaimada que se riza y acaba encontrándose en la punta chocándose de nuevo con el mucho dar y menos recibir. Esquivando el azúcar glass y viendo de nuevo la idea a su vera: dar y menos recibir. El miedo a entrar en la boca por mérito propio, pero a cambio de menos. Que la anfitriona reciba y reciba, sonría ante tal ofrecimiento, y se quede corta a la hora de echarle el azúcar. Que la ensaimada no se sienta tan querida por la dulzura de los consumidores, que piense que su azúcar es bueno pero que tiene que ser cuidado. Y que el azúcar no sea cuidado.
Y la ensaimada, no, no era la primera vez que se lo contaba al vaso de leche: ya me lo has contado más veces. Y hoy, ha vuelto a pasar. Cierras, y con cara de tonta que te quedas. Los consumidores se esparcen. Fantas, dirás. Cobrar, anunciarás.
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