Dime tú quién sabe eso
Supongo que esa historia me ha dado miedo. Tal vez las líneas reflejen una realidad alternativa mientras más allá de esta mesa no se ven más que unos hombros desnudos y la luz saliendo de la pared blanca que les rodea. ¿Y si el trasfondo es lo que ahora tú escondes? ¿Y si son esas las líneas que ahora no se entienden, y mi cabeza las interpreta a su manera mientras los personajes juegan con ella? Mis historias son días plasmados, son vidas mezcladas con las siete mías, son sensaciones vividas, un marcaje, como te digo, del día a día. Aquí no hay internet y el bolígrafo de la campaña de fármacos se desenvuelve entre letras inglesas, subrayadores, agua mineral, posits alargados, y semáforos en rojo. Tus historias no sé de qué tratan. Se paran.
El día que esté preparada para bajar la rueda del rato y pasar páginas, todos, o nadie, lo sabrán, tú, o yo, lo sabremos. O no.
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