Canción 5
He terminado de leer, muy por encima, y las letras no se distinguían. Las historias se unían, se mezclaban, se aparentaban. ¿Cuántas horas habrás dedicado a ello? Ayer me fui con más fuerzas de las que volví. Llegamos a hablar, a encajar. Y me vi con ganas de salir, de innovar, de experimentar cómo sigo siendo capaz. Y lo hice. Un mensaje bastante importante mientras estoy detrás de un mostrador, y estás online. Coincidencias de esas que nos suelen pasar, allí empezó, y allí no terminará. Esa ciudad no indica ningún tipo de fin, porque allí nace todo, y se reproduce. Pero estoy aquí para hablar de ti. Porque nunca nadie había puesto tanto interés en mi blog, nunca hasta este punto. Las personas siempre sorprenden. Mira que conozco a gente que lo sigue, de vez en cuando, cuando tienen tiempo, cuando se acuerdan, aun cuando olvidaron el hecho de registrarlo en favoritos o volverse un seguidor de historias ajenas a las suyas, pero más que mías. Los clínex se llaman Caricias. Pues vaya, ¿una luego dices?. No lo dudes. Y no hay nadie en casa, las ojeras no se notan por el moreno, termino de leerte, muy por encima, repito, y miro el reproductor de música. Canción 5. Número 5, como el mes en el que coincidimos, una semana antes, una después. De aquí, allí.
Gracias.
Gracias a los traductores.
Gracias a ti.
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