Porque hoy no es día de llorar
Voy a reír, voy a subir. Entre cinco canciones (sí, otra vez, cinco) de la segunda parte. Y no sé dónde está la primera. Voy a reír, porque nunca nadie ha sido tan insistente y me ha halagado con persistencia hasta tal punto. Voy a sentir esa guitarra y ese puto ritmo que me retuerce en mi habitación mientras tecleo con más insistencia que antes, pero con menos de la que tú haces. Voy a aprovechar que no hay nadie, y que el volumen quiere dejarse subir. Voy a jugar a cuatro ruedas y dos piernas, dos brazos y dos asientos, dos ciudades y una. Estudiarás psicología en otro país, y si la carrera no llega, los libros de ella sí. Porque hoy no es día de llorar. Porque no tengo palabras para expresar lo agradecida que me siento. Nunca pensé que alguien de otro encuentro me hiciera sentir tan importante. Porque hoy no es día de llorar.
Reír por sentir así.
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