Todavía no me apetece cerrar el ojo

Yo no me voy a dormir. Porque he encontrado información de ella en un momento del día en el que no debería, pero me da igual, te digo, que yo no me voy todavía a dormir. Acuéstate tú si quieres. Yo, ya tendré tiempo de echarme la siesta. Y si no lo tengo, me lo busco. Has soltado una parrafada en un bar que no tiene sentido para ti, pero sí para mí. En un bar, de cuya historia desconoces. Que suena peliculero, pero que me toca el porrompompero. Y me he perdido entre ella, pero lo poco que recuerdo, lo poco que he escuchado, me ha gustado. Y eso, pues que quieres que te diga, ya es un paso. Que no sé la arena cómo es de gruesa, ni si el líquido es todo lo que somos. Que no sé si los tablones escribirán renglones, o no ayudarán precisamente a ello porque tus actividades te ahogan aún más de lo que las mías me pueden agarrar a mí. Y eso, pues que quieres que te diga, ya es. Pues que quieres que te diga, ya es un paso. Pero como te iba diciendo, yo no me voy a dormir. Todavía, no.