Cinematic
Estoy escuchando la radio en Internet, pensando en un tipo de relación de mierda mientras cuelgo la sudadera, y cambia la canción. ¿Qué suena? ¿Qué cantan? que tú vas por tu lado y yo por el mío. Y llega el domingo. Que cada uno de los dos polos va a su puta bola. Que no se escuchan, que se vuelven orgullosos, que no se escriben porque uno no escribe al otro, que no se dan un toque porque el otro no lo hace, que estará entreteniéndose de otras maneras. Que se repite algo que ya me suena de sobra después de aquel año. Que tú vas por un lado, y yo por otro. Típico del estilo de una película, se llama. Preguntarnos qué va a pasar a continuación, qué vamos a hacer a continuación. No los domingos, sino algún día, espero, que se borre.
Porque yo no soy así, porque no sé hablar de ti, pero sí de mí. Porque me la suda ese tipo de detalles: yo hago cuando apetece, busco lo que enternece, me pierdo entre detalles, pienso en el aire. Me mantengo ahí. No me contagies, no sigas contagiándome. Déjame salvar esto. Déjame salvarme. Déjame salvarte.
Porque no sé lo que toca por tu parte, porque no existe la comunicación. Porque hablo de extremos porque ellos quieren aparecer. Porque no sé cómo lo ves, pero sí sé cómo lo veo yo. Porque me meto los extremos por ahí...
Por la punta...de la nariz.
Por la punta...de la nariz.
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