Que sigo sin saber de él
No sé tía, le llamé porque para mí no fue un polvo y nada más. Y cuando más necesitaba su llamada, su contestación, me llamó el otro. Como si del destino se tratase, como si de casualidades dibujara. Necesitaba hablar con alguien y él fue el primero en el que pensé después de que mi familia no contestara, y nada, que sigo sin saber de él.
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