Allí
Me encantaba que nos acostáramos escuchando música. Que me sorprendieras con ella. Tal vez fuera algo insignificante para ti. Pero no para mí. No lo pasaba precisamente por alto, porque mientras nos abrazábamos, aprendíamos de madrugada inconscientemente. Subíamos con ella. Sabías mucho, me pasaste mucha en un pen drive una de las veces esas. Y la carpeta se quedó guardada. Como el recuerdo de una cama empotrada, y una ventana con un portátil que salían de la nada. Al fondo, al otro lado del cuarto. Blanco.
Comentarios