No sólo son seis letras

No sólo son seis letras.

No sólo somos seis letras.

Es energía que se esparce por el aire. Es transmisión de tu mirada en mi boca, de mi boca en la tuya. No sólo son letras, más o menos bonitas. Menos que más. Es una sonrisa de menos años de los que una cree. Es un contagio de buen rollo, de ganas de morder la vida. De vivirla. De ganarla. De superarla. Unos dientes entre dos labios finos. Unos ojos que te llevan de viaje a las dos superficies más constantes y cambiantes del planeta. A dos superficies precisamente poco rutinarias, donde el esfuerzo por lo propio rompe los muros de los portazos, donde la fuerza de superación te mueve la tripa. Un interés por luchárselo, por probarlo, por expandirlo. Una fuerza que se contagia, que levanta miradas, que las clava. Que las refleja. No sólo son seis letras. No sólo son seis letras. No se quedan ahí, mírate. Estás sonriendo.

Porque te digo,
que no sólo son seis letras.