Que no es poco
Es una decisión complicada, pero creo que la correcta. Habrá tiempo. Habrá tiempo de ensoñarse, de ilusionarse, de hacerlo real, de irse, con el título, allá. Habrá tiempo, de pensar en el piso compartido, de esperar lo vivido, de vivir lo esperado. De irse más tarde, en un año y medio, volver al aire, mirarlo desde arriba, pensar con la cabeza más fría. Sabemos que los dirigentes nos cogen por el cuello, juegan con nuestro dinero. Que el dinero tiene más fuerza de lo que podamos querer, que juega con cabezas, con nombres, con personas. Que es necesario en este mundo donde poca gente da sin esperar recibir. Sabemos la situación. Jodemos la situación. La gritamos. Desde la mesa de la cocina. Desde el brazo en alto, desde la mirada escapada, desde los ojos que buscan iguales en las plazas, en los carteles, en los brazos levantados. Sabemos lo que hay. Sabemos que existe. Y sabemos que es injusto. Pensamos que podemos hacer algo, y lo hacemos, a nuestro modo, lo intentamos. O al menos, no nos quedamos quietos. Porque estás dentro. Porque buscas lo mismo, porque buscas lo justo. Porque muchas veces gritar no servirá de mucho, pero quedarse quieto, aún menos. Trabajar por lograr, trabajar para vivir, pero no más. Experiencias habrá. Pero todo a su tiempo. Hoy por hoy, vamos cerrando ya por fin círculos.
Que no es poco.
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