No supimos

No te voy a contar nada más. Creo que se pasó ese momento. Que se quedó entre los dedos de un recuerdo. Saliste con el cartel, abrí la puerta de tu coche, y lo colgué al atardecer. Lo echaron de casa, se quedó en el contenedor. Y no supimos siquiera decirnos adiós.

Algo más tarde apareció en el papel, después de un verano dando vueltas al por qué. Pensé en el ayer. Me acordé de aquel momento donde para ti todo era perfecto. Donde para mí se leían otros versos. Cuajamos la mirada en puntos diferentes, se dividieron en dos y ya nada era un presente. Cantando mientras escribíamos. Prometiendo en el jardín del parque aquel, que todo sería como ahora al volver. Y de un portazo, te fuiste por donde entraste sin correr. Y de un portazo te dejé marchar. Como una gilipollas, años atrás.

Pensando con el calor, mirando los pasos. Y aceptando que en aquel momento todo era de otro modo. Distinto. Distinto modo. Un modo de andar. Una edad diferente. Un futuro enfocado igual que en un detergente. Años más tarde. Años antes. Una tapa verde. Y cuatro letras recordando el presente.

Y no supimos siquiera decirnos adiós.