El desajuste horario

Hoy me has dejado sin cenar. Me has cogido de la mano y me has llevado al parque. Como cualquier otro domingo más, pero sin ser domingo. Como cualquier otro día, pero sin ser de día. Hoy, he vuelto a casa y me has llamado. Y he vuelto a bajar. Estabas abajo. Hoy, digo ayer, echaste una carta en mi buzón después de tanto tiempo. Como cuando éramos pequeños. Y la he visto hoy. Ayer, me dejaste sin cenar. Y me llevaste al parque, tal cual, sin más. Me lo preguntaste. Y por supuesto, asentí. Cuándo iba yo a negar una propuesta así. Hoy, me has dicho que mañana hacía frío. Ayer, me descolocó el tiempo. Hoy, me has enseñado el reloj de contorno violeta. Y yo te he vomitado en la jeta. Me has traído una taza con Cola Cao, y no sabías ni que lo odio cuando lo mezclas con azúcar. Ayer, me trajiste pastas con arándanos. Y yo no supe ni lo que era ya un orgasmo. Hemos ido a la tienda de la esquina, hemos comprado el suplemento, y después unos preservativos. Y te has hecho un lío. Ha venido tu hermano. Y mira que eres raro. Hoy, no me has conocido. Y lo más gracioso de todo, es que no me conocerás.