Cómo titulamos a esta historia
Esto es jodidamente surrealista. Ponle una be en lugar de una erre. Cierra la puerta del semisótano mientras me estalla la cabeza de mareo y cansancio, y se me sube el calor. Mientras nos dejan la llave con la casa de tela y tu voz inunda el ambiente. Mientras el ambiente nos inunda. Las dos gomas elásticas bajo la pantalla, una circular, otra algo más estirada. Mueves la pierna. El papel es áspero, y su rollo también. Vaya asco de polvo. Que no, qué coño. Es la una y cuarenta y nueva de la mañana y en apenas unas horas entro en el turno de Urgencias. Y la gente, estará metiéndose mano entre colchoneta y colchoneta de la sala de espera de extracciones (antiguas, pasadas, caducadas). Y aquí hay más luz que olores. Para. Que se asoma Quique. Para. Que toses. El icono del Word en su encabezado. ¿Y yo qué estaba haciendo? Subiendo las fotos. Que sigo. Porque la gente va a estar durmiendo. Come aquí. O allí.
Con, o sin un Pin Post.
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