Dieciocho mesas número trece
A la una y treinta y cinco encendemos la luz de tu móvil, mientras ahora, a eso de las veinte y veintisiete, se va terminando la canción. Qué aroma, coño.
¿Qué tal? Pues yo aquí sigo, con tu pañuelo enrollado al cuello, y su aroma tapándome los sesos.
Día de arcos y dirección de música, teatro rojo que nos chilla en los ojos, un paseo, una historia cisneriana y su artesonado sostenido. Un paseo y unas fotos. Una cerveza tras una pizza y junto a ella. Un restaurante rico. Una tarde rica. Una mañana rica. Y por poco, una noche rica.
¿Y tú qué tal? Pues aquí sigo, sola en casa, pero contigo.
Comentarios