Nuevos descubrimientos
Nunca es tarde para conocer nada. El banco de dos y sus monedas. El banco del negro y la montaña al fondo desde la estatua maquillada, el día de fotografía, la farola verde mayor y la palmera en su bajo fondo. El explotarse la nariz con el olor a pizza y a columna vieja, callando los oídos con música de tono. Tú gorro. Su pelo. Tus rallas. Tu mirada en mi falda. Su sonrisa borracha. Las hojas, las hojas.
Ni para conocer nada.
Ni para sentir nada.
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