Ahí, sigues
Saltar, enérgicamente, a la otra pestaña. Esperando que seas tú.
Y no llegas. Y no te asomas. Y sigues en mil historias perdidas de humor altivo. Pero qué bonita eres. Pero qué lejos (y cerca) estás.
En mi cabeza. En mi recuerdo. En mi presente. En mi futuro.
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