Morasol

Hoy hemos hecho una excursión por el campo. No sé si has sido consciente de ella, pero yo lo he sido en todo momento.

No sé de qué vas. A qué aspiras, perdiéndome en librerías.

Morasol de plaza.

Rosa de pared que es bonito.

Tu verde y mi negro -ya sabes que tus camisetas negras te quedan que te cagas; te presto la mía.

Y vuelvo a recordar que tu móvil ha muerto.

Mira, hace cuatro minutos.

Truenos fuera. Relámpagos de reflejos. Madre mía. Das lo que uno no espera y tanto quiere. O al menos, eso parece.

Te quiero al lado, y un bolso marrón y abrigo beige se interponen en el medio. Tú te concentras, yo no.