Sandwich de mortadela
Duele, todavía duele y la cara hace la mueca -mientras la textura de sus zapatos chocan con las sillas de mentes concentradas.
Duele, todavía -aunque de otro modo más ligero-, el encontrarse palabras que un día fueron realidad, y que ahora se han esfumado y asquean.
Duele, todavía, la sensación. Pero todo pasa, hasta el amor.
Comentarios