Llevamos ya un buen rato
¿Te digo la verdad? Con rabia y desencanto. Vuelvo a Madrid con la sal pegada en los labios. Un recuerdo avivado. Y desencanto. Subimos a casi tres mangos. Evasión y evasión, evasión. Necesito otros tres meses sin verte. Olvidar la memoria reciente, y dejar de suspirar con tenerte.
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