Quizás es que ya no tengas que estar
Esa cama vacía, donde antes tú eras mía, estirada en ella y
alargada por ella. Con esa luz entrando por mi izquierda, tu derecha. Recién
lavada y con olor a detergente, de tu madre. Ese estado vacío donde se busca,
se indaga, se meten los dedos buscando algo, y parece, que nada, o al menos no
tanto, sale.
¿Dónde estás?
Quizás es que ya no tengas que estar.
Comentarios