Azul anaranjado, digamos
Las líneas sobre tu rostro no me molestan.
Se conocieron en una salsa. Intercambiaron géneros de pasos. Y se dejaron de ver al rato. Se notó algo. Los ojos. Y se dejaron de ver al rato.
Pero en un pueblo cualquiera.
Un domingo. Una casa ajena. Gente ajena y a la vez propia. Nervioso por la situación no te miré. Hablé y hablé. Me fui. Me seguiste.
En la otra, la casa temporal, apareciste. A los pocos minutos. Dame tu móvil. Es éste. Él en el baño. Tú y yo hablando. Nos vemos.
Un masaje de madera verde. Conociéndose. Surrealista sofá. Sunrise antes. Sunrise esta mañana. Las líneas sobre tu rostro. Un quiero volver a verte. Me intimidaste en el sofá. Comodidad/nerviosidad. Dime dónde estás. Déjale explicarte los plagiados. Déjale ir a la Central mañana con el sol. Y darle otro masaje. Duele la espalda, tenías razón. Aparece otra canción.
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