En la nueva
Bailando sola en la cocina. Por la lucha. Por lo logrado.
Por lo vencido.
Bailando sola, en la nueva casa. En la cocina. Sin
importarme que me vea la vecina.
Maná acompáñame. Mi gente, acompáñame. Tú, acompáñame.
Mirar, hace apenas unos cinco minutos, de pie,
detenidamente, por las cinco ventanas del salón. Y ser feliz, y sentirse
relajada, orgullosa, feliz, de una misma y de la situación. Porque todo tiene
una recompensa y ser valiente no es de tontos. Hacía mucho que no me sentía así
de completa. Verde fuera. Viento fuera. Lluvia en las ventanas.
Volver a la cocina de madera. Y seguir moviendo el culo y
el cuerpo como si esto fuera un baile eterno.
Bienvenida, Susana.
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