Sorprendida con una misma
Y me encuentro leyéndote. ¿Cuándo he hecho eso?
Y me encuentro en un baño, en un futuro cuarto, en una
puerta de madera y cristales amarillos, abstraída del mundo, queriendo salir de
él para meterme en el tuyo. Y me encuentro, de repente, consciente e
inconscientemente, queriendo sólo escucharte. Sin importarme lo que me rodea o
me deja de rodear en el plano físico y mental.
Y me encuentro, en esa puerta de madera, temblando,
literalmente por lo que quiero esperar oír y por lo que estoy oyendo. Y me
encuentro, bajo mis tres edredones, temblando de nuevo.
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