De la puerta cuarenta y seis
Respirar hondo, algo menos de dos horas después: hijos de puta.
No somos extranjeros de nadie, no somos pellejos de vuestras manos.
Venimos aquí, y trabajamos.
Venimos aquí, y os sacamos.
Y luego, y sin embargo, soltáis un hipócrita y alegre 'Ssssspain'. ¿Qué coño os creéis?
Ni somos mano de obra barata, ni un piscina de sol y bolas.
De un 'Yo os respeto, pero respetadme.'
-A la dominicana de la puerta cuarenta y seis que quisieron dejar fuera, en honor a ella y a mis huellas españolas que pululan en vuestro 'subido' país.
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