Cabos de días once
Y se va la cabeza.
Y se tensa todo mientras hablamos.
Y ahora, esa pinta está ya vacía.
Bebiste despacio, luego rápido.
Y yo entonces me vi lenta.
Me vi lenta diciéndote.
Me vi lenta para todo lo rápido que está dibujando mi mente.
Y mientras te fuiste, accidentalmente en voz.
Y al ya irte, y subirte al coche, la melodía triste era la que sonó.
Y después vino aquella que indicaba la noria, ese ritmo que te pide
más, pero que a la vez sube y baja,
y te revolotea.
Hablaba de Miami, pero para mí era un cabo.
Un cabo al sur.
Donde escribiste,
Escribo,
y siento,
que quiero.
Y la paella, no distraía,
nada.
No distraía.
Y el cabo, en mi mente,
llegaba.
O eso esperaba.
O eso creía que esperaba.
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