Dime si es posible
Dime si es posible
Dime si es posible que uno se enamore así,
en estas condiciones.
Yo sé, que la cabeza se te va (igual que en otros momentos por otras cosas,
dada la situación), y puede ser algo temporal.
Pero es que, es que luego llega una fuerza de ahí fuera, de otro lado, de
otra parte, y te aumenta la respiración, el nervio, el suspiro;
te recorre la mano,
y levantas la mirada, y ves una gota a punto de caer de la hoja
de esa planta.
A las doce y treinta y nueve de la noche, su punta también se emociona.
No sé nada de él en unas horas,
y pienso que igual ha aparecido ella otra vez,
o igual se ha asustado de mi comentario de anoche
(por no conocer mis expresiones habituales).
Y de repente, llega, aparece, con fuerza,
penetrándome,
Y de repente, llega, aparece, con fuerza, vulnerable. Y se me abre. Se me abre y me cuenta su sentir, su trabajo personal. Su él más interior.
Así, de natural, de nuevo.
Y todo fluye. Prospera. Y todo, todo hace que el siete,
que el siete,
haga hincharme, de amor,
y para qué negarlo,
correrme.
Dime si es posible que uno se enamore así,
en estas condiciones.
Yo sé, que la cabeza se te va (igual que en otros momentos por otras cosas,
dada la situación), y puede ser algo temporal.
Pero es que, es que luego llega una fuerza de ahí fuera, de otro lado, de
otra parte, y te aumenta la respiración, el nervio, el suspiro;
te recorre la mano,
y levantas la mirada, y ves una gota a punto de caer de la hoja
de esa planta.
A las doce y treinta y nueve de la noche, su punta también se emociona.
No sé nada de él en unas horas,
y pienso que igual ha aparecido ella otra vez,
o igual se ha asustado de mi comentario de anoche
(por no conocer mis expresiones habituales).
Y de repente, llega, aparece, con fuerza,
penetrándome,
Y de repente, llega, aparece, con fuerza, vulnerable. Y se me abre. Se me abre y me cuenta su sentir, su trabajo personal. Su él más interior.
Así, de natural, de nuevo.
Y todo fluye. Prospera. Y todo, todo hace que el siete,
que el siete,
haga hincharme, de amor,
y para qué negarlo,
correrme.
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